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  • Wild Weasels Sobre Vietnam (Extracto de Hunter killers)

       (0 reseñas)

    Senet

     

    24 de julio de 1965
    RÍO ROJO, OESTE DE HANOI

     


    Una violenta explosión sacudió el silencioso y pesado el aire sobre el río. Cualquiera en cinco millas lo habría escuchado. Los que estaban más cerca verían una intensa llama de cuarenta pies, como una puñalada hacia arriba partiendo de una marrón y ondulante nube de humo sucio.  En un segundo, el misil tierra-aire estaba a varios cientos de pies en el aire, resplandeciendo con un brillo dorado y formando rayas hacia las nubes bajas. Momentos más tarde, el propulsor del cohete se consumió y se desprendió al activarse el motor de sustentación.   Tras una estela blanca y espesa, el SAM comenzó a recibir señales de guía desde el suelo y se sacudió hacia los lados cuando las aletas de control se desbloquearon. Al doble de la velocidad del sonido y acelerando, el misil Fakel 11D, denominación OTAN SA-2 , descendió su trayectoria dirigiéndose hacia el sudoeste y desapareció en el cielo cubierto hacia su objetivo.


    Ocho minutos antes, varios hombres especialmente entrenados estaban agachados en un remolque verde oliva, esforzándose para ver en la penumbra y escuchar sobre el zumbido del equipo. Este remolque estaba montado en uno de los dos grandes camiones ZIL soviéticos de seis ruedas estacionados lado a lado y conectados con unos robustos cables negros. Otros cables corrían desde la parte trasera de cada remolque hasta cuatro generadores, también verdes, a unos treinta pies de distancia.

     

    Un par de los generadores estaban funcionando, vibrando y llenando el aire con vapores diésel teñidos de azul. En lo alto de uno de los camiones había una antena de radar de cincuenta pies que parecía un enorme tendedero. Un solo poste corría horizontalmente a través de la parte superior del camión, cruzado cada ocho pies por un poste vertical. En ambos extremos de cada uno de los seis postes verticales había un soporte horizontal de cuatro pies de largo llamado antena direccional Yagi.  Designado como radar de vigilancia P-12 "Yenisei" por sus creadores soviéticos y conocido en occidente como  "Spoon Rest" debido a su apariencia, Todo lo que hacía era buscar aviones. El Spoon Rest podía adquirir y rastrear objetivos a más de 100 millas, en función de la altitud y tipo de aparato. Sin ser increíblemente preciso, funcionaba lo suficientemente bien contra objetivos a más de 20,000 pies con poca maniobrabilidad, como en este caso.

     

     

     

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    P-12 "Yenisei"  o "Spoon Rest"


    El radar era de fabricación soviética, al igual que todas las antenas, generadores, miles de cables y, por supuesto, los misiles. Todos los elementos mecánicos en el puesto eran rusos, al igual que la mayoría de los hombres sentados en las consolas. Sin embargo, los hombres que estaban detrás de ellos no lo eran. Eran norvietnamitas. Más pequeños y mucho más delgados, iban vestidos con uniformes lisos de color verde oscuro y observaban en silencio.

    Los técnicos y todo el personal militar soviético, estaban en el segundo ZIL. Los lados de este remolque estaban alineados con consolas, como grandes armarios, de unos seis pies de alto y dos pies de ancho. En la parte de atrás, cerca de la puerta, había un hombre que observaba todo lo que sucedía. Dos hombres más cercanos a él estaban sentados en una gran consola con un par de prominentes pantallas. El indicador de altitud, también llamado E-scope, estaba a la izquierda. Medía la altitud y la distancia a un objetivo, en metros y kilómetros, respectivamente. La pantalla más grande en la siguiente consola, a la derecha, era el indicador de posición (PPI) donde se mostraba la distancia en una pantalla circular, cubriendo 360 grados en azimut. Sobrepuesto sobre esta pantalla, había una cuadricula de color mostaza con rumbos marcados en incrementos de 10 grados a lo largo de todo su borde. Un triángulo giratorio de color ámbar irradiaba desde el centro de la pantalla hasta el borde representando un haz de radar de 30 grados de ancho que barría continuamente, cubriendo 360 grados en diez segundos.

     

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    Consolas Radar P-12. E-scope a la derecha, a la izquierda el indicador de posición.

    Una pequeña línea curva había aparecido cerca de la parte superior de la pantalla del radar. El triángulo pasó por otra rotación completa y la línea apareció de nuevo. Era una señal, el reflejo de un avión enemigo. El operador giró un botón negro del tamaño de una galleta que sobresalía debajo de la pantalla. Ajustándolo colocó una única línea discontinua a través de la señal.  Cuando el haz del radar de exploración pasó por el contacto nuevamente, se desvaneció significativamente. Usando su E-scope, el operador ajustó manualmente la antena para cubrir la altitud estimada del objetivo. Cuando el siguiente barrido pasó, la línea ara mucho más oscura.

    Svyazat’ya. Contacto!!!  El Spoon Rest estaba colocado cuidadosamente, rodeado por una trinchera con paredes de tierra de unos diez pies a modo de parapeto y con forma de herradura,  proporcionaban suficiente refugio para proteger el equipo y los vehículos. Sin embargo, el radar quedaba elevado quince pies por encima del camión, dándole una línea de visión sin restricciones a cualquier avión entrante. En este caso, hacia el sudoeste y los aviones de combate F-100, F-4 y F-105 de la Fuerza Aérea de EE. UU que volaban desde Tailandia.

    Otro hombre, un capitán de la defensa aérea soviética era el oficial superior de vigilancia del sitio de misiles, estaba detrás de los operadores y observaba las pantallas. La señal se iba acercado, pero ahora parecía estar clavado en el mismo lugar en la pantalla, a unos cincuenta kilómetros de distancia hacia el sudoeste y mucho más allá del alcance táctico del SA-2. Suavemente, y con sorprendente delicadeza, el operador giró el potenciómetro de dirección para mantenerlo en intersección con el objetivo. Las marcas dividían la línea blanca a intervalos de diez kilómetros y la señal se había movido de nuevo, casi al oeste del radar y a sesenta kilómetros de distancia.

       Claramente se trataba de un avión enemigo,  y dado que podía acercarse en cualquier momento, no había razón para no transferir los datos del objetivo. El operador mantuvo la línea de dirección centrada y el oficial detrás suyo apoyó un dedo contra un pequeño botón rojo cerca de la pantalla. Mientras presionaba y sostenía, el botón cerró instantáneamente un circuito. Esto transmitió una señal eléctrica desde debajo de la consola, pasando a través de un conducto de metal en el suelo y hacia un cable negro fuertemente aislado. El cable salió del refugio, cruzó un camino embarrado y pasó por otro revestimiento más grande.

     

    Seis parapetos de tierra, llenos de ramas y hojas, cada una de aproximadamente setenta y cinco pies de largo, estaban dispuestas en forma de estrella alrededor del perímetro. En cinco de los seis parapetos asomaba un misil de treinta y cinco pies de largo, de dos toneladas, montado sobre un lanzador verde oliva.  Parcialmente cubierto con secciones de redes deshilachadas y ramas se ocultaba la forma letal del SA-2.

     

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    Distribución tipica de un emplazamiento de misiles  SA-2

     

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    Los cables pasaron por la parte trasera de cada lanzador hacia otra franja, mucho más grande que las otras en el centro del sitio.  Había media docena de generadores y varias furgonetas de treinta pies de largo, con sus inmensas ruedas descansando en esteras sobre el lodo. Varios hombres tendían el equipo y algunas bicicletas se apoyaban en un remolque deforme en el centro del emplazamiento. Esta estructura particular tenía veinte pies de largo por diez pies de ancho y aquí los grupos de cables convergían, corriendo debajo de ella y desapareciendo a través de su base.  En realidad, no era un remolque en absoluto, sino un radar de guiado. Los técnicos soviéticos que sudaban en el interior lo llamaban Almaz RSN-75, conocido por los estadounidenses como "Fansong".  Los radares de alerta temprana y de búsqueda como el Spoon Rest encontraban objetivos a grandes distancias, sin embargo no podían proporcionar el seguimiento ni la orientación para un misil tierra – aire. El Fansong si que podía.

      Sobre la camioneta había un marco de metal pesado que sostenía dos antenas rectangulares, de unos quince pies de largo. Formado como un abrevadero de caballos, uno estaba en su extremo, apuntando hacia el cielo, y el otro yacía horizontalmente sobre la parte superior del remolque. Solo microsegundos después de que Spoon Rest transfiriera los datos del objetivo, el radar y su remolque giraron suavemente hacia el oeste. Medio segundo más tarde, la antena horizontal se movió ligeramente, luego todo el marco se contrajo cuando la antena vertical se inclinó hacia arriba. Ambos canales ahora transmitían potentes e invisibles ondas en forma de abanico hacia el avión estadounidense que se encontraba al oeste.

     

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    Almaz RSN-75, conocido por los estadounidenses como "Fansong"


    El objetivo apareció en varias consolas dentro de otro remolque de color verde a unos cincuenta pies de distancia. Este era el vehículo de mando de todo el emplazamiento, llamado cabina UV. Parado a cuatro pies del suelo sobre ocho ruedas macizas, había pequeñas ventanas rectangulares a lo largo de su parte superior e inferior, todas cerradas herméticamente para mantener el aire fresco en el interior.  Sentado en una única consola justo delante de la puerta, un especialista en orientación controlaría físicamente el misil una vez que se había lanzado. Este hombre, como todos los rusos, no tenía rango, pero también era un capitán de la defensa aérea y actualmente está vinculado al 236o Regimiento de Defensa Aérea de Vietnam del Norte. Un "asesor" técnico.

    En el interior del remolque también estaba el Oficial al mando. A pocos pasos podía ver cualquiera de las consolas a lo largo del mamparo izquierdo y al hacerlo, decidir cuándo disparar los misiles del sitio. Por lo general, el oficial de control de fuego de la batería (FCO) ejecutaría la operación, pero este no era un día normal. El comandante Il’inykh era el comandante del cuarto batallón, primer regimiento de misiles tierra-aire, sin embargo, éste era el día más importante de todos los que había ejercido como FCO.

      La primera consola a lo largo de la fila era para rastrear la dirección horizontal, o azimut, del objetivo. El operador era un "Praporshchik", y había sido elegido para esta tarea debido a su largo historial de experiencia operativa. Al igual que el oficial de guiado y el oficial de control de fuego, todos ellos rusos,  habían servido en Cuba antes de llegar a este miserable lugar.

    El hombre en la consola central no era ruso, aunque el Praporshchik soviético estaba parado justo detrás de él, observando cada movimiento que hacía. Nguyen Xuan Dai era un oficial vietnamita, uno de los más prometedores de la clase de entrenamiento. Su conocimiento técnico era muy bueno y podía hablar ruso con fluidez, aunque con bastante acento.

       El objetivo obviamente estaba volando en una órbita, una CAP, pero ¿con qué propósito? Se les había ordenado a los rusos que ayudaran a sus aliados comunistas en todos los aspectos, pero también se les advirtió sobre el hecho de revelar demasiada información. El temor no era el vietnamita, por supuesto, sino que esta avanzada tecnología soviética caería en manos chinas.

    China estaba apenas a 150 kilómetros al norte de este arrozal en el río Rojo y sus oficiales habían estado allí la noche anterior despreciando el sistema ruso. Por esta razón, el General Mayor Ivanov, el agregado militar soviético en Hanoi, ordenó al comandante que tomara personalmente el mando. Los vietnamitas se habían mostrado reacios a asumir la responsabilidad de esta primera prueba de combate, obviamente creyendo que si los misiles soviéticos no podían matar a un yanqui, entonces Hanoi recurriría a los chinos. Estaban jugando a dos bandas y dependía de Il’inykh asegurarse de que algo fuera derribado hoy.

    El azimut cambió de nuevo.   Los yanquis habían salido de rango durante un minuto. Añadiendo el tiempo necesario para virar, volverían a estar dentro del rango de misiles en unos tres minutos. Ese tiempo fue suficiente para que los misiles se calentaran y el sistema completara una chequeo automático. Afuera, justo detrás de la camioneta de mando y el radar Fansong, había tres remolques ESP-90, cada uno con tres generadores eléctricos diésel de 220 voltios en el interior. Normalmente una batería viajaba solo con dos, pero esta,  como el mayor era muy consciente, no era una batería standard. Esta era una demostración del poder militar soviético y un campo de pruebas operacional. Derribar aviones espías lentos y poco maniobrables era una cosa; derribar a un caza, si eso es lo que era el contacto, sería algo completamente diferente.

    Cuarenta kilómetros.   Cada vuelta de la órbita enemiga tardaba cerca de noventa segundos y cubría casi dieciséis kilómetros. Tenía que ser un caza, ya que nada más volaba tan rápido.

    La última vez  los estadounidenses habían girado entre cuarenta y cinco y cincuenta kilómetros, pero ahora. . . si volaban a su distancia normal, se acercarían a veinticinco kilómetros de su posición. Una configuración casi perfecta para la salva soviética estándar de tres disparos.  Legkiy udar. Tiro fácil

    La consola de guiado era el instrumento más complejo de la camioneta, pero el comandante había sido parte del programa original de misiles y estaba íntimamente familiarizado con su funcionamiento. Echando un vistazo a la electrónica y al panel de alimentación, se mostró satisfecho de que todo funcionaba correctamente. Bajo este panel había dos visores rectangulares que reflejaban la información de orientación de las estaciones de elevación y azimut. Debajo de estos estaban los cabezales de control circulares que permitían que las señales de control se elevaran, lo que corregiría el misíl, si fuera necesario.

    Unas luces azules estaban brillando intensamente, indicando que tres misiles estaban listos para disparar. Una vez que se lanzara el primero, el sistema cambiaría automáticamente al siguiente de los seis misiles. El comandante habló brevemente por un teléfono de campo y luego colgó. El comandante del regimiento, el coronel Lubinitsky estaba personalmente al mando de una de las otras baterías de misiles.  Il’inykh dispararía la primera salva y veinte segundos después, la batería 64 enviaría tres más. El trío final sería lanzado desde aquí. Nueve misiles contra un objetivo eran excesivos, pero en realidad, nadie estaba seguro de cómo funcionaría este equipo.

    El mayor y el capitán observaron los visores gemelos. Al mirar hacia arriba, el comandante Il’inykh observó desde el visor de alcance que el contacto todavía se movía hacia abajo en la pantalla. El dedo del oficial de guiado se deslizó hacia la izquierda de los tres botones negros cerca de las luces azules mientras el mayor contaba, Tri, dva, odin. . . ¡Strelyat!  ¡Fuego!

    El misil Fakel era enorme. Gris con una banda roja cerca de la cabeza, este no había estado en el país el tiempo suficiente como para ser camuflado. El cielo cubierto era espeso, pesado y húmedo, pero para el misil esto era indiferente. Cuando el motor de ignición se apagó, un oxidante de ácido nítrico se mezcló con el propelente líquido TG-02 y se encendió lo que le daba al SA-2 otros sesenta segundos de tiempo de combustión.  No necesitaría  tanto tiempo.

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    Dos aletas de guiado corregían  automáticamente la trayectoria de vuelo del misil, haciendo que trepara, bajara y que girara a izquierda o derecha. Diseñado para derribar a los bombarderos estratégicos de los EE.UU a alta cota,  los Fakel usaban normalmente treokh tochek, una adaptación soviética de CLOS de tres puntos (Control de guiado). Este sistema mantenía el misil orientado entre el objetivo y el radar de lanzamiento y solo funcionaba contra objetivos que no maniobraban. Las actualizaciones de guiado se hacían cada cuatro segundos y si alguien hubiera estado mirando, el misil habría parecido estar volando una serie de líneas cortas y rectas, siempre apuntando hacia el objetivo.

     

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    El objetivo era un caza, concretamente un vuelo de cuatro Phantoms de la USAF. Del 45.º Escuadrón de Combate Táctico (TFS) de Ubon, Tailandia.  El vuelo de hoy,  bajo el distintivo "Leopard", eran F-4C desplegados en el sudeste asiático en abril de 1965 para proteger los ataques a tierra de los cazas enemigos, un tipo de misión llamada MiGCAP.

    Un grupo de F-105 estaba bombardeando un depósito de municiones en el área de Dien Bien Phu, mientras que otro estaba atacando la fábrica de municiones Lang Chi cerca de Hanoi. El teniente coronel Bill Alden, el 45 ° comandante de TFS, estaba liderando el MiGCAP y había puesto a sus Phantoms entre los dos objetivos. La intención era mantenerse alejado del círculo de treinta millas impuesto por Washington alrededor de Hanoi, el punto más oriental de la órbita de Alden estaba a treinta y cinco millas de la ciudad.

    Con total desconocimiento para él, o cualquier otro estadounidense del mando táctico, tres baterías del 236º Regimiento SAM del Ejército de Vietnam del Norte (NVA) habían ocupado posiciones a solo diez millas al este del vuelo Leopard. Los cuatro cazas estadounidenses y sus ocho hombres estaban justo en medio de la zona de alcance, sin conocimiento de la amenaza y sin sistemas de advertencia excepto sus propios ojos, los cuales teniendo en cuenta la meteorología sobre la zona, no les iban a servir de mucho.

     Alden había pedido a los F-105 que salieran al oeste del objetivo para que su vuelo pudiera regresar a la base. El combustible era escaso y el clima era malo con abundantes nubes. Así que cuando el líder lo indicó el vuelo Leopard giró de inmediato hacia el suroeste, hacia la frontera de Laos. Los Phantoms comenzaron a ascender para ahorrar combustible y cuando se acercaron a la tenue cubierta de nubes, los tres wingmen se movieron hacia una formación más cerrada.   En el asiento trasero de Leopard Two, el capitán Ross Fobair suspiró y reprimió un bostezo. El capitán de pelo oscuro de veintinueve años, era callado y despreocupado. Sus amigos y familiares opinaban que era un pensador, aunque eso le habría hecho reírse. Habiendo perdido a su padre cuando era un bebé, él y su hermana, Betty, habían sido criados en una granja en el sur de California, cerca de las montañas Rodman, en las afueras de Barstow.

    Amante de las actividades al aire libre, lo habían hecho autosuficiente y duro y le había cogido gusto a la aventura.
    Ross se unió a la USAF después de la universidad y comenzó su carrera como oficial de guerra electrónica, o EWO, volando en RB-47 Stratojets. Pero él quería ser piloto y después de un largo y duro camino, se había convertido en piloto de caza y estaba entusiasmado con su primer despliegue de combate. Dos de sus compañeros de escuadrón, Ken Holcombe y Tom Roberts, habían derribado un par de MiG-17 hace solo catorce días. Ross esperaba obtener uno, pero como el vuelo Leopard se quedó sin combustible y ya estaban regresando a Ubon, supuso que tendría que esperar otro ocasión de regreso al sudeste asiático.  Cuando el Phantom se tambaleó durante el giro y comenzó a deslizarse hacia el líder, Ross puso su mano izquierda ligeramente sobre el throttle, luego apoyó cuidadosamente su mano derecha sobre su pierna, cerca del stick entre sus rodillas. Sus dedos estaban curvados y listos, pero en realidad no tocó los controles. Su trabajo de hoy era completar la orientación de la zona para el piloto recién llegado que ocupaba el asiento delantero. Aunque Richard "Pops" Keirn era piloto, era un veterano más de la Segunda Guerra Mundial. Pops había volado bombarderos y luego fue derribado en su decimocuarta misión, por lo que ya había tenido mala suerte una vez.

    "Leopard dos. . . ciérralo ", la orden seca de Bill Alden hizo eco en sus cascos y Ross se estremeció. Era un perfeccionista. Normalmente, una corrección en vuelo de una maniobra básica lo habría avergonzado, pero en ese momento no importaba. Primero, no estaba volando, y segundo, se iba a casa, hoy tan pronto como aterrizaran. Sus maletas ya estaban preparadas y esta noche estaría en el Freedom Bird, el transporte aéreo de regreso a Hawai. De ahí en adelante hacia California y su familia. Su hermana, Betty, su joven sobrino, Bruce y sobre todo, la esposa de Ross, Anne.  Habían perdido un bebé, un pequeño al que llamaron David, solo dos semanas antes de que Ross se desplegara y él estaba preocupado por ella. Fue un mal momento, pero el padre de Anne era un oficial de la Fuerza Aérea, por lo que conocía la vida. Sin embargo, necesitaba llegar a casa.

    Los Cazas entraron en las nubes y cerraron formación.
    En ese momento, el primer Fakel salió de las nubes justo cuando los Phantoms salieron del giro. Esto hizo cambiar la orientación del misil a polavinoye spravleniye, un algoritmo de media corrección que se actualizó mucho más rápido que su configuración anterior y fusionaría la ojiva contra la primera masa sólida encontrada.  Desafortunadamente, el rumbo sur del vuelo estadounidense puso a Leopard 2 en el extremo más alejado de la formación y más cercano al misil entrante. Acelerando a más de media milla por segundo, cubrió quince millas en aproximadamente ocho segundos.

    A pesar de que la aviación militar táctica estadounidense era la mejor del mundo, la amenaza de los misiles tierra-aire era todavía nueva y no era bien conocida. En 1965 no se había desarrollado ninguna táctica, ni entrenamiento, ni sistemas de detección, advertencia o autoprotección a bordo de los aviones de los EE. UU. Los pilotos de combate simplemente no tenían idea de que estaban siendo atacados. Al volar sobre la capa de nubes, era imposible ver el lanzamiento del misil y cuando volaban juntos en las nubes no tenían ninguna posibilidad de evadir nada, incluso si lo habían visto.

    Keirn y Fobair estaban en el ala izquierda de Leopard One, por lo que ambos pilotos miraban a la derecha, a su líder. Ninguno de los dos vio el misil explotar desde las nubes a una milla por debajo del vuelo. Incluso si lo hubieran hecho, el SA-2 cubrió la distancia restante en menos de dos segundos, y era demasiado tarde para hacer algo.

    Demasiado cerca para cualquier corrección de vuelo, el SAM simplemente voló directamente hacia el retorno del radar y el fusible Shmel 5E11 del misil recibió una orden de armarse. Cuando el misil del tamaño de un poste de teléfono pasó por debajo y ligeramente por detrás del Phantom más cercano, los pulsos de radar invisibles que emanaban de la cabeza del misil golpearon a Leopard 2, rebotaron en la superficie de metal del aparato y regresaron instantáneamente al fusible. La explosión de fragmentación tenia un rango de alcance de 213 pies y al acercarse al caza la cabeza de guerra de 440 libras detonó inmediatamente.

     

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    Diseñados para destruir a los bombarderos mucho más grandes, los nueve mil fragmentos explosivos de metal eran excesivos contra un caza. Viajando a 8.200 pies por segundo, el patrón de fragmento en forma de abanico impactó en el vientre, la cola y el ala izquierda del Phantom. Esto perforó la cabina trasera, destruyó el sistema hidráulico y el motor izquierdo, e inmediatamente inició un incendio en el motor derecho. Herido de muerte, el aparato se volcó y comenzó a girar fuera de control. Aturdidos por la conmoción y plagados de fragmentos de los otros SAM, los tres Phantom restantes se dirigieron hacia el sudoeste de regreso a través de la frontera.

    Ardiendo y expulsando humo negro, Leopard 2 giró sobre las nubes y desapareció. De los nueve intentos de lanzamiento de SA-2, solo siete despegaron y solo el primero de ellos impactó. Esto no impidió que los soviéticos reclamaran cinco derribos de aparatos estadounidenses esa sombría tarde de julio de 1965. Después de todo, fue una buena propaganda y sirvió para validar su programa de misiles tierra-aire contra los cazas de los Estados Unidos.

    Los vietnamitas se fueron convencidos de que tal sistema de defensa aérea era la única forma de proteger operativamente los pocos activos que tenían al norte del paralelo 17. A pesar de las súplicas chinas, Hanoi decidió emplear sistemas SAM soviéticos, y querían más. 

    En cuanto a Leopard Two, Pops Keirn se eyectó, fue capturado rápidamente y pasó los siguientes siete años y medio como prisionero de guerra. Ross Fobair no fue tan afortunado. Nunca respondió a las llamadas de su piloto y no se eyectó.

    Además de la conmoción e incredulidad de Washington, los eventos sobre el Río Rojo el 24 de julio de 1965 produjeron dos resultados inmediatos. Ante todo, a largo plazo, la tragedia condujo a una revolución en el combate de la aviación. Los sistemas de misiles guiados por radar eran ahora una amenaza legítima para la aviación táctica, el mismo tipo de vuelo necesario para combatir la guerra en rápida expansión en el sudeste asiático. Había que hacer algo, y rápido. Pronto se comenzó a hablar de crear un grupo  especial de aviadores altamente entrenados y especialmente equipados para combatir los misiles, si el Pentágono pudiera encontrar hombres lo suficientemente locos para hacerlo.

    La segunda, sería la respuesta a la pérdida de Leopard Two, y sería a corto plazo. A muy corto plazo, de hecho...

     

    (Próximamente)  Revancha….           

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