KikeS Publicado 14 de Marzo del 2021 Compartir Publicado 14 de Marzo del 2021 Halcón 4 please!! Citar Enlace al comentario Compartir en otros sitios web More sharing options...
Moderador Tigre Publicado 14 de Marzo del 2021 Autor Moderador Compartir Publicado 14 de Marzo del 2021 ¿Ganas de participar en una misión WWI en una de las mejores estaciones de artillero de IL-2? ¿Ganas de tener un mostacho épico? Aún quedan dos plazas disponibles, que piloten otros, tú elimina alemanes a gusto. 1 Citar Enlace al comentario Compartir en otros sitios web More sharing options...
Miembro LF pedroscosco Publicado 14 de Marzo del 2021 Miembro LF Compartir Publicado 14 de Marzo del 2021 Me apunto de artillero, no me lo puedo perder!! Citar Enlace al comentario Compartir en otros sitios web More sharing options...
Miembro LF Gabriel Publicado 14 de Marzo del 2021 Miembro LF Compartir Publicado 14 de Marzo del 2021 apuatad a otro artillero por aqui!!! Citar Enlace al comentario Compartir en otros sitios web More sharing options...
Miembro LF Cutter Choice Publicado 1 de Abril del 2021 Miembro LF Compartir Publicado 1 de Abril del 2021 (editado) Diario de batalla de Edward Mannock Francia, 14 de Marzo de 1918. Esta madrugada a las 5:00 am, el teniente Ford entró en plena imaginaria dando voces en su marcado acento americano, juraría que era de Texas. A pesar de su horrible acento, era un hombre que me caía bien, pero nunca tuve la oportunidad de preguntarle nada. No sabía que sería ésta, la última oportunidad de hacerlo. Gritaba como un poseído, apenas podía entender lo que decía. Salté de la litera y empecé a prepararme para la revista, por completo confundido. Una vez en el comedor, después del aseo, entró el capitán Tiger, del grupo “Halcón”, con su característico aire de serenidad. Lideraba un escuadrón de Bristol F.2B de 4 unidades de élite. Realizaban los encargos más peligrosos en territorio enemigo. En ese momento, al verlo, mi cuerpo estalló en un frío impulso que invadió todo mi ser. Supe que lo que fuera que hoy hiciéramos, no sería algo fácil. Hace una hora -dijo- me ha llamado el Commodore Edward Maitland. Me ha ordenado el ataque a un polvorín localizado tras el frente. Necesitamos cobertura y la plana mayor ha pensado en ustedes para esta tarea. Teniente Mannock- dijo mirándome con mirada inexpresiva, rutinaria... - preséntese en la sala de oficiales en 10 minutos, ha sido asignado como líder de vuelo “Flecha” para hoy. No se retrase. Le saludé con respeto y respondí con premura. Un minuto después asigné posiciones al resto de compañeros y llamé a los líderes-puntos para que me acompañasen. Al momento, estábamos todos rodeando una mesa junto al capitán, sobre ella, había un mapa del frente desplegado con algunas piezas de ajedrez sobre él. Querían representar los puntos clave de la misión, lo que casi me provocó una risa, me pareció muy rudimentario. Quizá mi ego esperaba otra cosa, fue grato comprobar que los oficiales también improvisan y se ajustan a las necesidades con lo que tienen más próximo. Eso me hizo sentir integrado y confiado. Mientras discutíamos la planificación, se empezaron a oír a los mecánicos arrancar los motores para el precalentamiento. -“Maldición, está yendo todo demasiado aprisa.”- Dije para mis adentros. Eran las 6:40 de la mañana cuando salimos del cuartel en dirección a los hangares, el aire fresco de la mañana llenaba mis pulmones y me cortaba rostro aún hinchado, el rugir de los motores se entremezclaban con los cantos matutinos de algunos pájaros que anidaban en las cercanías. En ese momento, me pregunté si aquella sería mi última mañana, los alemanes fijaban como objetivos prioritarios a los líderes y yo era un perfecto novato. No, no iba a permitir que me abatiesen, pensé mientras recordaba la risa de mi hija... La salida se planeó a las 7:00. El capitán, odiaba los retrasos. Eran las 6:55, estábamos todos subidos en el aeroplano, nos tocaba iniciar el vuelo y orbitar cogiendo altura mientras “Halcón” despegaba. Levanté el brazo sobre mi cabeza he hice la señal de despegue. Ya no había vuelta atrás. La suerte estaba echada. No hubo mayor problema hasta que empezamos a cruzar el ancho frente de batalla. Desde mi puesto, al mirar hacia abajo, podía ver la infantería aliada corriendo por las trincheras de un lado a otro. También se divisaba el campo de batalla teñido en diferentes zonas de rojo con cuerpos mutilados dibujando grotescos mosaicos, pude imaginar el olor, entre el barro y la muerte. Sentí agradecimiento de poder ofrecer mi vida en el cuerpo aéreo, no sé si hubiese soportado cuerdo mi alistamiento en infantería. Aquí arriba, ya era bastante difícil sobrevivir… Traté de borrar ese pensamiento de mi cabeza de inmediato, era suficiente carga la responsabilidad de seis almas que me confiaron sus vidas, debía guardar la calma y serenarme... El escuadrón lo dividimos en dos, el líder del segundo escuadrón mi indicó la aparición de cinco contactos enemigos. La silueta era inconfundible, eran 5 Dr.I. ¡Qué Dios nos asista!. Con un nudo en la garganta envié a la muerte a 5 de mis hombres para que hicieran un tapón a aquellos aparatos, mientras “Halcón” y dos de nosotros continuábamos con el plan de bombardear el polvorín. A lo lejos empecé a ver los revoloteos del combate cerrado que se produjo al chocar las dos fuerzas. Cuando de pronto pude apreciar otros cuatro aparatos acercándose a la refriega desde el este. Era una situación muy complicada y aquellos pobres chicos no sabían lo que se les echaba encima. Me sacó del momento una gran explosión bajo mis pies, vi el objetivo en llamas. ¡Habían dado en el blanco!. ¡La información era correcta! Parece que mereció la pena haber corrido el riesgo. Esto salvaría muchas de las vidas de aquellos muchachos que luchaban entre el barro. Pero mi escuadrón estaba en serio peligro y no sabían nada de lo ocurrido, estaban arriesgando sus vidas sin necesidad en ese momento, ¡¡¡teníamos que avisarles en seguida!!!. Hice un gesto a mi punto y giramos hacia el combate después de comprobar que el grupo “Halcón” encaminaba el regreso a la base en ascenso y libres de peligro. Con los motores al máximo nos aproximamos mientras vimos dos de nuestros aparatos caer y un tercero alemán. La angustia se apoderaba de mí, a cada segundo, apenado por las pérdidas. ¿Quién había caído,? ¡Tengo buenos amigos entre ellos!-me dije-. Unos momentos después llegamos al combate para alivio del resto. Disparé a un triplano de paso, le alcancé unos disparos pero no fueron suficientes. En seguida me di cuenta de que aquello era una locura, nos veíamos superados casi por 3 a 1, teníamos que hacer algo inmediatamente. Decidí retirar el escuadrón para poder luchar otro día y evitar más bajas, éramos más veloces, teníamos que aprovechar nuestras ventajas. Saqué mi pistola de bengalas y lancé una blanca indicadora de vuelta al aeródromo. Repetí la operación y cuando vi que todos habían captado el mensaje, en la primera oportunidad, piqué el morro del avión y me dispuse a salir de allí como un demonio acorralado. Las bengalas atrajeron la atención de los alemanes hacia mi avión, cuando huía llevaba detrás de tres a cuatro aparatos dispuestos a derribarme. Suerte que la velocidad del S.E.5a hizo que se lo pensaran mejor y dieran media vuelta a los primeros disparos de nuestras AA. Aterrizamos sin problemas, después me enteré de que un ala “Halcón” había caído presa de las antiaéreas enemigas. Recibí una medalla aquel día y el ascenso a jefe de escuadrón a pesar de nuestras bajas. La misión fue un éxito, poco después ese acto heroico y gracias al sacrificio de las vidas de nuestros compañeros, el frente se vio afectado a nuestro favor, el ejército alemán retrocedió notablemente. Dios salve las almas de los caídos. Nosotros, los vivos, nos ocuparemos de que sus muertes no caigan en el vacío y el olvido. Editado 2 de Abril del 2021 por Cutter Choice 1 3 Citar Enlace al comentario Compartir en otros sitios web More sharing options...
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