Sábado, día después del partido. Los militares americanos congregados en Israel para las maniobras tienen el fin de semana libre. 4 amigos y compañeros en la crew chief del F14 de los Diavoli Rossi, junto con sus colegas, los rotorheads griegos; deciden hacer un viaje al Líbano, donde tienen previsto disfrutar de la noche de Trípoli. El futbolista Altobelli, goleador en el día de ayer, y estrella en ciernes, decide también lo propio y pone rumbo en helicóptero a la ciudad del bello aroma. Lo que ninguno sabe es que se está precipitando un desastre.
Los ultraislamistas libaneses, aprovechándose de la situación de debilidad de su gobierno, están forzando al país a una alianza con Siria, la cual se prevé dará origen a viejas tensiones en las fronteras del este del mediterráneo. Siria, por su parte, sigue muy pendiente de sus propios insurgentes con los que no pudo acabar. Se rumorea que los últimos supervivientes de Hermanos Musulmanes en Hama están preparando un nuevo acto contra el gobierno de Al-Assad. En Turquía, el comandante Kiral Al-Kebab, de profundas convicciones salafistas, sigue muy atento todos los movimientos de los islamistas sirios. El gobierno se plantea deponerle de su cargo por incompatibilidades ideológicas, ya que comanda la base aérea de Incirlik, la cual acaba de recibir cuatro flamantes unidades de F-16 Falcon por parte de los Estados Juntitos de América, aparte de alojar al Escuadrón 81 de Caza de la USAF; y estos no deben estar custodiados por malas manos. Se conoce también, que el presidente sirio Al-Assad ha contactado recientemente con Al-Kebab. Se ignoran los asuntos que sus conversaciones hayan podido tratar, pero no auguran nada bueno.
Durante la fiesta de la que disfruta nuestro futbolista favorito, ciertos simpatizantes ultraislamistas escuchan el nombre: “Altobelli”. Reminiscencias de una humillación reciente surgen en sus cabezas. Rápidamente contactan con las milicias de la zona y se ponen manos a la obra. La crew chief del Harry Truman se encontraba disfrutando la fiesta con Altobelli, ya que era de los pocos que chapurreaba inglés; y al momento notan algo raro. No saben por qué, pero intuyen que persiguen a su nuevo amigo. Deciden llevárselo rápidamente a Wujah Al Hajar, ya que, inocentemente, piensan que es un activo más valioso del que realmente es. Desde allí ponen rumbo con sus helicópteros rumbo Beirut, donde les espera un AC-130 que los escoltará a Chipre, pero en el camino se encontrarán con un terrible destino.